Es ya media mañana y estoy tranquilamente en casa tomando un café. Trabajando un poquito, eso si, que hay que levantar la empresa. El caso es que me he despertado no hace mucho…y es que estoy de vacaciones! Han oído bien, vacaciones si, porque aquí en Mali pese a que el 90% de la población es musulmana, disfrutan de una semanita de vacaciones navideñas.
Aunque, como ya os podréis imaginar, no se puede decir que se respire un ambiente navideño en las calles de Bamako, tengo que decir que tampoco está ausente del todo el espíritu del espumillón. Algunos puestecillos colocados a pie de carretera, cerca del Grand Marché y cargados con todo tipo de adornos procedentes de China, te hacen recordar las fechas en las que nos encontramos.
La noche del 24, salimos a ver qué había por ahí. Así pudimos apreciar un ambiente híbrido de Nochevieja y Nochebuena. En Bamako Coura vemos algunos grupos de chicas jóvenes con gorritos de papel brillante y coronados con una bolita de espumillón. Un montón de gente bien arreglada al pasar delante de la iglesia evangelista. Un poco más adelante algunos de los puestos llenos de espumillón made in China de los que os hablaba. En frente algunas personas duermen en el suelo, hay quien se las han ingeniado para colocar su mosquitera como ha podido. Son gente venida del interior del país para realizar algún trámite a la capital y que no tienen dónde pasar la noche, en otros casos de trata sencillamente de gente que no tiene casa, pero también los hay que prefieren dormir a la intemperie para aliviar el calor. Bajando por la avenida grupos de niños y adolescentes que marchan felices y revoltosos, sin horario…imagino que por la semana de vacaciones. Un grupo de hombres se entretiene mirando un partido de fútbol en la televisión que hay en el escaparate de una tienda de electrodomésticos de precios prohibitivos.
Llegamos hasta la catedral de Bamako y la curiosidad y el ambiente festivo que se respira nos hace intentar entrar…pero no…Un vendedor de gorritos brillantes y con espumillón nos dice que debemos dirigirnos al edificio de enfrente. Entramos a un patio abierto. Un pequeño piano blanco y desvencijado nos da la bienvenida y dos militares (esto nos corta un poquito el rollo) nos indican dónde dirigirnos: al fondo a la derecha. Bajo un seto de mangos enormes hay colocadas varias carpas y allí sentada la gente que se deleitaba con la coral que está cantando…pues si señores…yo en mi vida había asistido a una misa del gallo en Bamako, pero vamos no en Bamako ni en ningún otro lugar. Pues bien, yo que no sabía ni santiguarme disfruté de lo lindo, fue lo más parecido a un concierto de gospel que haya visto jamás: dos horitas ni más ni menos de coplillas en bambara y en francés y de contenido espirituoso…qué mejor forma de festejar la Nochebuena!
...el tema es pegadizo desde luego;)
ResponderEliminar